Trump compite por la candidatura presidencial republicana con la exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante Naciones Unidas Nikki Haley, a la que también derrotó en los caucus de Iowa de la semana pasada.
Con el 24 % escrutado en Nuevo Hampshire, Trump aventaja con un 52,5 % a Haley (46,6 %).
Haley reconoció ya su derrota y felicitó a Trump, pero se mostró reconfortada por el resultado ajustado.
En las primarias de Nuevo Hampshire se reparten solo 22 delegados de los 2.429 que participarán en la Convención Nacional Republicana que este verano nominará al candidato a la Casa Blanca.
De momento, Trump se lleva 11 delegados frente a 6 de Haley, a falta de que se asignen los otros cinco a medida que avance el escrutinio.
Después de los caucus de Iowa de la semana pasada, en los que Trump arrasó, esta era la segunda parada de las primarias republicanas.
Haley esperaba que su mensaje calara más entre el electorado de Nuevo Hampshire, más moderado que el de Iowa. Pese a no haber logrado ganar, el resultado es más ajustado de lo que apuntaban las últimas encuestas.
A la sede de la campaña de Trump en esta noche electoral acudieron decenas de seguidores, donantes y legisladores republicanos, entre ellos la congresista Marjorie Taylor Greene y la excandidata a la Gobernación de Arizona Kari Lake.
El polémico excongresista George Santos, quien fue expulsado de la Cámara de Representantes por haberse embolsado dinero de su campaña electoral, también se presentó en esa fiesta de campaña.
“A mí me gusta Hayley, no tengo nada en su contra, pero ella no va a ganar”, dijo Santos a reporteros a la entrada del salón de eventos del hotel Sheraton, donde se espera que el exmandatario llegue pronto.
Santos aprovechó para desmentir los rumores, promovidos en redes sociales, de que estaría aspirando a ser la fórmula vicepresidencial de Trump: “Tengo 35 años y ya no quiero hacer política; déjenme en paz”.
EFE