La nave había sido inspeccionada, además, en dos oportunidades en 2023, por lo que esos certificados aún respaldaban la integridad estructural y la funcionalidad de su equipo
Autoridades costeras de Estados Unidos siguen sumando detalles sobre el caso del buque Dali que se estrelló la víspera contra el puente Francis Scott Key en Baltimore, provocando su colapso. Este miércoles, el contralmirante Shannon Gilreath confirmó que la nave no había notificado de ningún desperfecto antes de zarpar y que se la había inspeccionado en el sitio, descartando así cualquier tipo de negligencia por parte de la tripulación o del personal en tierra.
“Nos informaron que iban a realizarle un mantenimiento rutinario al motor mientras estaba en puerto. Eso es lo único que se nos informó sobre el buque en ese sentido”, comentó y sumó que “en cuanto al motor, no se nos informó de ningún problema” en particular.
En las últimas horas, los investigadores estadounidenses comenzaron con las tareas para recuperar evidencia del barco, que pueda ayudarlos a entender cómo sucedió esta tragedia aunque, de momento, todo indica a una “pérdida momentánea de propulsión” que dejó al capitán sin la posibilidad de mantener el rumbo deseado. Funcionarios de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) subieron al buque para recuperar información de sus componentes electrónicos y documentos así como para revisar la grabadora de datos de viaje y construir una cronología.
De todas formas, Dali cuenta con un historial de fallas en cuestiones de propulsión, por lo que la teoría no parece difícil de creer. La autoridad portuaria de Singapur, cuya bandera portaba la nave, informó la víspera que se había cumplido con una serie de inspecciones en 2023 sobre la nave; una de ellas fue en junio, en Chile, y expuso problemas en la “propulsión y la maquinaria auxiliar” del carguero. Puntualmente, el procedimiento encontró deficiencias en la propulsión, en particular en “aparatos de medición, termómetros, etcétera”.
Estos problemas derivaron en otros dos chequeos que, en ningún caso, dejaron a la nave inhabilitada para operar.
Su última inspección data del pasado 9 de septiembre en Nueva York, en la que, según datos de Equasis, no se observaron deficiencias. Inclusive, este certificado “cubría la integridad estructural del buque y la funcionalidad de su equipo” y “era válido al momento del incidente”.
Mientras avanzan las investigaciones sobre el incidente, la Policía de Maryland halló sin vida a dos de los seis trabajadores que estaban en el puente al momento del derrumbe. Se trata del mexicano Alejandro Fernández Fuentes, de 35 años, y el guatemalteco Dorlián Castillo Cabrera, de 26 años. El jefe de la fuerza, Roland Butler, detalló que los cuerpos estaban dentro de una camioneta roja, bajo el agua.
No obstante, tras esta noticia, Butler comentó que se detuvieron “de momento” las tareas de búsqueda y rescate ya que no es seguro que los buzos operen debido al mal tiempo y a la gran cantidad de escombros presentes en el río. “Hemos agotado todos los esfuerzos de búsqueda”, enfatizó.
En tanto, el gobernador de Maryland, Wes Moore, brindó una nueva conferencia en la que se dirigió a las familias de las víctimas del accidente y les dijo: “Estamos con ustedes, ahora y siempre”.
Por otro lado, más temprano se conoció que la nave transportaba unos 4.700 contenedores, de los cuales 56 contenían material peligroso, además de tener a bordo más de un millón y medio de galones de fueloil y aceite lubricante, aunque nada de ello representa una amenaza al público.