Hoy, como cada 21 de enero, los dominicanos conmemoran el día de la Virgen de la Altagracia.
En esta fecha, la República Dominicana recuerda a esta figura es parte del culto, tradición, veneración y las prácticas religiosas de una gran parte de los habitantes del país.
Para el país, esas religiosidades de manera significativa, componen el proceso de construcción de una identidad propia que, además asume y aporta en su interrelación con otras identidades.
Lo cierto es que, hay toda una historia detrás de esta tradición de fe, como con todas las tradiciones, ya sean religiosas o no a nivel antropológico, social y religioso.
La Virgen de la Altagracia o ”Nuestra Señora de la Altagracia” fue proclamada en el siglo XVI durante la época colonial.
El Monseñor Arturo de Meriño, el entonces arzobispo de Santo Domingo, fue quien pidió a la Santa Sede que fuese establecido el 21 de enero como festividad.
Monseñor Arturo de Meriño